El paciente adulto con fractura abierta
The adult patient with an open fracture
Palabras Claves
¿Qué debes repasar antes de leer este capítulo?
Para comprender mejor este texto se sugiere recordar el enfoque de manejo en urgencias del paciente traumatizado según las guías ATLS (Advanced Trauma Life Support®). Además, se recomienda repasar conceptos básicos de anatomía y del uso de antibióticos.
Los objetivos de este capítulo serán:
- En este capítulo se definirá qué es una fractura abierta, además de clasificar a los pacientes según las características de la lesión y direccionar el manejo inicial según la evidencia actual disponible.
Viñeta clínica
Paciente masculino de 30 años, sin antecedentes de importancia, quien sufre accidente de tránsito como conductor de moto. Presenta trauma en miembro inferior derecho a nivel del tercio distal de la pierna, sin otras lesiones. Ingresa a urgencias del primer nivel con los siguientes signos vitales: PA:100/60 mmHg; FC: 88 lpm; FR: 18 rpm; T: 36 °C; SatO2 95 %. Al examen físico alerta, orientado, sin traumatismos adicionales, solo presenta dolor en pierna derecha donde se evidencia herida de 5 cm en la cara anterior del tercio distal, con sangrado activo moderado, no pulsátil, y con exposición ósea. La herida se encuentra claramente contaminada con restos de la ropa y con tierra, pero sin presentar mayor compromiso de tejidos blandos adyacentes. Además, sin déficit motor ni sensitivo distal, con llenado capilar de 2 segundos. ¿Cómo clasificar este tipo de herida? ¿Cuál sería el manejo inicial de este paciente? ¿Cómo sería el proceso de remisión?
Introducción
¿Qué importancia tiene hablar de fracturas abiertas?
- El aumento del número de motocicletas, el exceso de velocidad de los vehículos automotores, la irresponsabilidad de los conductores, los desastres naturales y los actos terroristas generan cada día mayor cantidad de pacientes con fracturas expuestas.
- Las fracturas abiertas son más frecuentes en los hombres con edad entre los 20 y 40 años, las cuales están asociadas en un 30 % a traumatismos graves (1).
- Este tipo de fracturas generan mayor dificultad en el tratamiento posterior y frecuentemente están asociadas a alta morbilidad para el paciente con altos costos para el sistema de salud, por tratarse de personas laboralmente productivas.
- El riesgo de infección asociada genera consecuencias y discapacidad posterior.
- Tratar las fracturas abiertas de manera adecuada desde su primer contacto con el médico general impacta en el pronóstico de estos pacientes.
¿Qué es una fractura abierta?
Se define como fractura abierta a aquella lesión donde hay pérdida de continuidad del tejido cortical del hueso, y el hematoma que se forma alrededor o el fragmento óseo entra en contacto con el medio externo, sin que la herida esté necesariamente sobre el foco de la fractura (2).
Por lo general, en personas jóvenes, estas fracturas están asociadas a traumas de alta energía, como los accidentes de tránsito que son la principal causa, por lo que además es común que se asocien a un contexto de politraumatismo.
En la literatura se reporta una incidencia de aproximadamente 30,7 por 100.000 personas año, pero estos datos pueden variar según el país y la población estudiada (1). Lo más común es que se presenten en las falanges de los dedos de la mano (45,5 %), seguido de la tibia (11,2 %) que es el hueso largo que más frecuentemente se ve afectado (3).
¿Cómo clasificar las fracturas abiertas?
Las fracturas abiertas tienen un amplio espectro de presentación generalmente asociadas a mecanismos de alta energía como caídas desde altura, accidentes de tránsito y heridas por arma de fuego, pero no se deben subestimar los mecanismos de baja energía como fracturas torsionales, ya que en lugares con escasa cobertura muscular pueden generarse fracturas abiertas que van a requerir un manejo inicial semejante.
Actualmente el sistema más conocido y aplicado por los ortopedistas es la clasificación de Gustilo y Anderson (4), quienes desde 1976 describieron un esquema de clasificación pronóstico para fracturas abiertas (con modificaciones posteriores), que pretende dar una guía para el manejo antibiótico, quirúrgico y además plantear el pronóstico de las posibles complicaciones, principalmente la infección. Tabla 1.
Grado |
1 |
2 |
3A |
3B |
3C |
3 “Especial” |
---|---|---|---|---|---|---|
Energía trauma |
Baja |
Baja |
Alta |
Alta |
Alta |
Heridas en granja
|
Tamaño de la herida |
<1cm |
>1cm |
>1cm |
No permite cubrimiento |
- |
|
Patrón de fractura |
Simple |
Simple |
Complejo |
Complejo |
Complejo |
|
Vascular |
Normal |
Normal |
Normal |
Normal |
Requiere reparación |
|
Tejidos blandos |
Leve |
Moderado |
Severo |
Severo |
Severo |
|
Contaminación |
Leve |
Moderado |
Severo |
Severo |
Severo |
|
% Infección |
0-2 % |
3 % |
17 % |
26 % |
50 % |
|
Tabla 1. Clasificación de Gustilo y Anderson para las fracturas abiertas.
¿Cómo se debe guiar el manejo de estos pacientes?
Como principio tenemos que la evaluación inicial siempre debe estar dirigida a identificar lesiones que amenacen la vida del paciente, ya que las fracturas abiertas están en alto porcentaje asociadas a politrauma. Es necesario un enfoque inicial orientado por las guías ATLS (5), sin olvidar que debemos realizar una exposición completa con evaluación circunferencial de las extremidades para no pasar por alto lesiones inadvertidas.
Siempre se debe realizar una valoración juiciosa del estado neurológico y vascular de las extremidades, además tener un alto índice de sospecha de síndrome compartimental. Si hay sangrado activo hay que controlarlo inicialmente con compresión, si no es posible se emplean otras medidas más avanzadas como el uso de torniquete en caso de sangrado de difícil control que comprometa la vida del paciente (6).
En el caso de sospechar lesión vascular o síndrome compartimental, estas se consideran emergencias quirúrgicas y se debe actuar como tal.Para los demás escenarios las fracturas abiertas se tratarán como urgencias, con un protocolo de manejo sistemático (7) donde el tratamiento antibiótico es un aspecto fundamental (8) que debe considerarse un complemento y no un sustituto del manejo en conjunto, el cual incluye el desbridamiento e irrigación temprana y exhaustiva, estabilización de la fractura y cobertura de heridas; todo con la intención de disminuir complicaciones infecciosas y mejorar el desenlace.
Antibiótico ¿Cuáles, cuándo y cómo? Tabla 2.
La aparición de infección en una fractura abierta es una complicación dramática que conduce a una morbilidad significativa; incluye retraso de la consolidación, no unión, múltiples cirugías adicionales, déficit funcional o amputación. En este aspecto entonces los antibióticos profilácticos son esenciales, ya que, en su ausencia, se puede esperar que ocurra infección en el 20 % de todas las fracturas abiertas (2).
Los antibióticos ideales para evitar infecciones también como su tiempo y duración, todavía se debaten. Las decisiones se basan en artículos de nivel I (4,9); y la epidemiología de la contaminación bacteriana de las fracturas abiertas ha cambiado.
La mayoría de los consensos afirman que los pacientes deben comenzar con antibióticos por vía intravenosa lo más pronto posible, idealmente dentro de las 3 horas posteriores a la lesión; se ha demostrado que esto reduce la tasa de infección del 7,4 % al 4,7 % en comparación con la profilaxis iniciada después de este tiempo (9). Incluso en un estudio reciente se encontró que administrar antibiótico en la primera hora fue un factor independiente y predictivo de infección.
Un artículo histórico de Gustilo y Anderson reveló que, en más de dos tercios de 158 heridas por fractura abierta se identificó un cultivo bacteriano positivo, por lo que no se recomienda la toma sistemática de cultivos. La estratificación de las tasas de infección por tipo de fractura abierta fue del 2 % para las fracturas tipo I, del 2 al 15 % para las tipo II, y del 15 al 50 % para las tipo III (4).
Se deben tener en cuenta las lesiones con mayor riesgo de infección por Clostridium como lo son las producidas en medios agrícolas (10).
Clasificación Gustilo y Anderson |
Antibiótico / dosis |
---|---|
I - II |
Cefazolina 2 gr cada 6 a 8 horas IV Alternativa (alérgicos): Clindamicina 600 a 900 mg cada 8 horas IV |
III |
Cefazolina 2 gr cada 6 a 8 horas IV + Gentamicina 3 a 5 mg/kg/día 1 vez al día. |
Riesgo de Clostridium |
Penicilina 2 millones de unidades cada 4 horas IV |
Tabla 2. Antibióticos y dosis según la Clasificación de Gustilo y Anderson para las fracturas abiertas.
¿Cómo hacer el lavado de la herida en urgencias?
El objetivo será retirar la mayor contaminación macroscópica al alcance. No intentar hacer irrigación profunda ni con alta presión en urgencias, ya que se pueden inocular microorganismos nosocomiales y aumentar el riesgo de infección. Se recomienda para el lavado usar solución salina sin aditivos, y en cuanto a la cantidad de solución para el lavado, no hay evidencia que respalde un volumen concreto, lo recomendable es utilizar la cantidad que sea necesaria hasta tener una herida limpia (11).
¿Debo realizar cubrimiento de la herida?
Se deberá afrontar la herida con puntos separados, y en lo posible cubrir los tejidos con la piel para evitar infecciones nosocomiales (12); no se debe realizar un cierre hermético. En caso de no lograr cubrir el defecto se deberá cubrir la herida con gasas estériles (13).
¿Es necesario inmovilizar la extremidad?
Se ha demostrado que destapar la herida reiteradamente aumenta el riesgo de infección de 2 a 4 veces (14). Para el traslado y luego de limpieza es necesario alinear la extremidad y realizar la respectiva inmovilización de la fractura con el fin de evitar mayor lesión de tejidos blandos. Después de realizar el lavado y desbridamiento de la fractura se procede a la reducción.
¿Qué saber sobre el desbridamiento quirúrgico que realiza el especialista?
Este es uno de los pilares fundamentales del tratamiento junto con el inicio temprano de los antibióticos. El objetivo es retirar la contaminación y todo el tejido no viable. Si es necesario se debe ampliar el tamaño de la herida hasta ver el hueso para poder hacer lavado y curetaje profundo. En general, la viabilidad de los tejidos se mide por su capacidad de sangrado. Para valorar el estado del músculo podemos guiarnos por la regla de las 4C (color, consistencia, capacidad de sangrado y contractilidad). Se deben retirar los fragmentos óseos libres; aunque en caso de fragmentos grandes que comprometan la articulación se pueden conservar para reconstrucciones posteriores (15). Tal y como se recomienda, la irrigación en urgencias también se sugiere en el desbridamiento quirúrgico con solución salina normal y a baja presión; esto basado en lo descrito en el estudio FLOW (Fluid Lavage of Open Wounds), donde compararon la irrigación con solución salina vs. solución con adición de jabón, además de medir la presión del lavado si era alta, baja y muy baja, ante lo que no encontrarron diferencias en cuanto a tasas de reintervención (16).
Históricamente se había considerado como regla que todos los pacientes debían ser llevados a lavado quirúrgico dentro de las primeras 6 horas de tratamiento, pero en múltiples estudios recientes se ha demostrado que llevar al paciente a cirugía en este margen de tiempo no ofrece ventajas en la prevención de infección, siempre que el antibiótico se haya iniciado tempranamente (15). Se considera que el paciente debe ser llevado a cirugía con las mejores condiciones posibles, lo que se traduce en tener un equipo quirúrgico adecuado con un cirujano entrenado. Las guías NICE de 2016 (17) proponen 3 escenarios según las características de la fractura para definir el tiempo en que se debe realizar lavado quirúrgico, Tabla 3.
Lavado quirúrgico |
||
---|---|---|
Inmediato |
<12 horas |
< 24 horas |
Altamente contaminada Lesión vascular |
Alta energía No están altamente contaminadas |
Resto de fracturas abiertas |
Tabla 3. Tiempo de lavado quirúrgico según las condiciones de la fractura abierta.
¿Qué sabemos de la profilaxis contra el tétanos?
No existe suficiente evidencia científica que confirme su efectividad, pero por tratarse de una medida sencilla, con mínimo riesgo y de bajo costo, se sigue recomendando su administración en fracturas abiertas (18,19) según el siguiente esquema, Tabla 4.
Profilaxis tétanos |
||
---|---|---|
Historia de inmunización |
Heridas limpias, Grado I |
Grado II-III |
Vacunación previa desconocida o <3 dosis |
Solo vacuna (Td) |
Vacuna + inmunoglobulina. |
Vacunación completa (3 dosis) |
No profilaxis si última dosis fue hace menos de 10 años. Vacuna (Td) si la última dosis fue hace >10 años. |
No profilaxis si última dosis fue hace menos de 5 años. Vacuna (Td) si la última dosis fue hace >5 años. |
Tabla 4. Esquema de profilaxis para tétanos en las fracturas abiertas.
En caso de que el paciente requiera tanto la inmunoglobulina como la vacuna, se debe administrar primero la Inmunoglobulina y se recomienda que inicie el esquema de vacunación posteriormente, siempre antes de ser dado de alta.
¿Cuál es el pronóstico de estos pacientes?
El pronóstico del paciente dependerá de varios factores (20) como la gravedad del impacto (energía absorbida), lapso entre el accidente y la atención médica, la seriedad del compromiso de tejidos blandos, la clasificación de Gustilo y Anderson, y las lesiones asociadas. Todo esto determina posibles consecuencias como:
- Defectos de cubrimiento dados por lesiones complejas de tejidos blandos, aplastamiento de la piel y del tejido celular subcutáneo.
- Trastornos en la consolidación (10-13 %) y desarrollo de infección fueron las complicaciones más frecuentes (20-27 %) (21).
- Lesión de los vasos son responsables de la vitalidad de todo un segmento del cuerpo, comprometiendo la funcionalidad de la extremidad.
Resumen. Tabla 5.
Órdenes médicas |
|
---|---|
Disposición |
Hospitalizar. Siempre se deben tratar como una urgencia, que va a requerir posteriormente manejo especializado. |
Dieta |
Nada vía oral. El paciente deberá ser llevado a lavado en urgencias para alineación de la extremidad por lo que puede requerir sedación, y cuando sea evaluado por ortopedia posible desbridamiento en el quirófano. |
Signos vitales |
No olvidar en el paciente politraumatizado el monitoreo según la gravedad de otras lesiones, vigilar cifras tensionales para guiar reanimación y garantizar perfusión a la extremidad afectada. |
Medicación |
-Antibióticos: Lograr una cobertura antibiótica adecuada y precoz, guiada por la clasificación y severidad de la lesión. -Analgésicos. -Profilaxis antitetánica. |
Procedimientos |
-Lavado en urgencias: Irrigar la herida con solución salina en el menor tiempo posible, para eliminar la contaminación macroscópica. -Sutura: afrontar la herida. Las infecciones agudas generalmente son por gérmenes nosocomiales, por lo que lo ideal será un cubrimiento precoz de la herida. -Inmovilización: Lograr una estabilización adecuada y temprana de los fragmentos óseos. |
Laboratorios |
-No cultivos: existe poca correlación entre los cultivos iniciales tomados de tejidos blandos y el germen infeccioso (18 %). -No reactantes de fase aguda. |
Remisión |
-Urgente: debe regularse de manera intrahospitalaria ya que requerirá manejo por ortopedia, posible lavado y desbridamiento de alta calidad en quirófano en las primeras 12 a 24 horas del trauma. -Emergente: en caso de sospecha de lesión vascular, síndrome compartimental, contaminación macroscópica importante que no se haya logrado retirar con el lavado en urgencias. |
Tabla 5. Resumen de órdenes médicas para el abordaje de la fractura abierta.
Mensajes indispensables
- El objetivo de conocer y manejar adecuadamente las fracturas abiertas es prevenir la infección y aumentar la probabilidad de obtener un buen estado funcional final.
- Dos pilares fundamentales: inicio temprano de antibiótico y lavado quirúrgico de alta calidad.
- La clasificación Gustilo y Anderson es fácil de aprender, tiene valor pronóstico y nos ayuda a guiar decisiones, por lo cual sigue siendo la más usada a pesar de las desventajas que presenta.
Viñeta clínica (desenlace)
Después de realizar el abordaje inicial guiado por guías ATLS, en el que se descartaron lesiones que comprometieran la vida, se encontró como única lesión una fractura abierta de la tibia distal grado II. Se inició manejo con cefazolina 2gr IV por horario cada 6 horas a las 1,5 horas del evento, se ordenó analgesia y profilaxis antitetánica (vacuna de toxoide tetánico), luego se trasladó a sala de procedimientos para realizar lavado de herida con abundante solución salina para retirar la contaminación macroscópica, además de realizar puntos simples para afrontar herida; se cubrió con gasa estéril y se realizó inmovilización con férula suropédica, se verificó además el estado neurovascular. Se inició proceso de remisión de manera urgente para desbridamiento quirúrgico por ortopedia en menos de 24 horas.
Bibliografía
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Copyright © Universidad de Antioquia
Cómo citar este artículo
Vélez LM, Cortes V, Franco CI. El paciente adulto con fractura abierta. [Internet]. Medellín: Perlas Clínicas, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia; 2021 [acceso marzo 21 de 2023]. Disponible en: https://perlasclinicas.medicinaudea.co/salud-del-adulto-y-el-anciano/el-paciente-adulto-con-fractura-abierta
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